En mis sesiones de PNL- Coaching me encuentro con personas que están en un momento de quiebre. Se han topado con una resistencia personal, causada por su entorno o por ellxs mismxs, una incoherencia entre quienes están siendo, como están actuando y lo que quieren conseguir. Están en un momento de duda, de inquietud, de inseguridad. Sienten que ahí algo en ellxs que podría ser diferente y se dan el permiso para realizar ese cambio que a priori les acerca a una mejor versión de sí mismxs.
En PNL- Coaching la primera clave es tener clara cuál es la dirección que quieres seguir. Crear un marco mental que te permita saber dónde estás en este momento, hacia donde quieres caminar y cuál es tu lugar de destino, donde alcanzarás la meta.
Comunicar de la mejor manera aquello que siente, aprender a poner límites en sus relaciones laborales y personales de manera más saludable, gestionar la exigencia del día a día, reconocer que es aquello que motiva sus pasiones para tener una vida plena o generar un plan de acción para acercarse a ser una persona más independiente. Son algunos de los objetivos que acompaño en las sesiones. Y aunque puedan parecer temas muy diferentes, hay algo en común.
Estas personas que tengo la suerte de acompañar y que están en un momento de su vida en el que necesitan ayuda, no solo muestran su quiebre o incoherencia en el primer encuentro, cuando me explican la problemática. Yo veo su valentía por afrontar algo que no funciona, veo su sabiduría al reconocer que necesitan ayuda, veo su superación personal, no se conforman con dejar las cosas tal y como están sin saber si hay posibilidad de cambiarlo, y también veo su valor. Tienen un papel protagonista en su proceso y en el objetivo que se marcan. Su influencia puede hacer cambiar su realidad y la de su entorno. Y es por todo esto por lo que siento admiración.
Admiración que genera confianza. Ante mí parten de la posibilidad y la oportunidad.
El camino no siempre es fácil, es necesario un remover emociones, cambiar creencias y generar hábitos nuevos, y eso comporta perseverancia, resiliencia, tolerancia a la frustración, ir una vez y otra, y otra. A veces no es ir o hacer, sino simplemente estar.
Puede que la aceptación sea la clave, o la mediación entre diferentes ideas que tienes en tu cabeza.
Eso sí, todxs coinciden en la necesidad de reconocer su valor. Lo que valen por lo que son ahora, más allá de si hay más o menos objetivos cumplidos. Partir de aquí es esencial. En tu momento actual, sin nada más que este momento, eres valiosx. La vida pasa a través de ti ¿Qué más necesitas para sentirlo?
Y desde esa creencia potenciadora, les acompaño a crear su proceso de cambio. Les invito a probar, acertar y equivocarse, a mirarse a la cara con honestidad, a poner delante sus sombras y reconocer su poder. El objetivo es el fruto del proceso maduro. Teniendo claro a dónde van, se centran en cómo dan cada paso hasta llegar al éxito.
Javi Castillo Rubio
Reconoce tu valor, crea una realidad diferente.