Podríamos pensar que en otoño las hojas de los árboles caen, por algún tipo de mal que no las deja continuar su estancia en el árbol. Aunque también podríamos creer que se dejan caer, se sueltan porque sienten que es el momento de hacerlo para el bien común. Gracias a ese acto, dejan espacio para que el árbol vuelva a brotar y reverdecer.
¿Cuántas veces te has anclado a un pensamiento, una emoción, una actitud que era poco saludable para ti? ¿Qué ha hecho que lo mantuvieras contigo?
El hecho de mantener aquello poco saludable parece ilógico, si queremos nuestro bienestar, pero tiene una razón. Y es que está cubriendo alguna necesidad personal: tener la razón, dificultad para gestionar los cambios, miedo a la pérdida… y soltarlo significa que vas a tener que encontrarte con esa necesidad para transformarla.

¿Qué necesidad está cubriendo aquello a lo que te has quedado ancladx?
Otro aspecto para tener en cuenta es la generación de hábitos. Si, por ejemplo, has estado mucho tiempo de tu vida conviviendo con emociones como la rabia o la tristeza, has generado mapas neuronales que activan una y otra vez el mismo circuito y eso hace que te sea más difícil generar el cambio, soltar aquello que te genera malestar para pasar página.
Imaginarte una y otra vez la misma escena con el mismo o distinto resultado, visualizar posibles situaciones y conversaciones que nunca han pasado, recordar el dolor, la tristeza, la rabia de aquella situación que viviste, continuamente… hace que se vaya generando una huella neurológica que por automatismo el subconsciente continuará expresando. Por cierto, este mecanismo también funciona si tu atención se dirige de la misma manera hacia el futuro.
Aunque parece que pasar página y soltar forma parte de la naturaleza humana, como decía Machado: “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar. Pasar haciendo camino…” de alguna manera hacemos que algunas cuestiones se dilaten en el tiempo de nuestra mente más de lo que nos gustaría, generando dolor y malestar.
Ahora bien, tenemos buenas noticias. La plasticidad de nuestro cerebro y la capacidad de nuestra mente nos permite crear nuevos caminos neurológicos para generar bienestar. Soltando aquello que ya es caduco y dando espacio a lo nuevo.
Lo primero, como en casi todo en esta vida, es poner atención a cómo funcionamos. Cuál son los patrones que repetimos y a qué necesidades estamos dando respuesta. Cierra los ojos y visualiza la situación que quieres soltar. Obsérvate: pensamientos, emociones, conducta… ¿Qué estado personal se activa en ti? Se sincerx contigo mismx. Exprésate la verdad sobre esa situación. A continuación, ¿Qué pasaría si pasa página? ¿Surge alguna otra emoción desagradable? Todo proceso conlleva tiempo y espacio, y te mereces todo el que necesites para volver a sentirte bien.
Una vez te has comunicado honestamente contigo, haz unas respiraciones profundas. En cada exhalación vas soltando más la situación. Incluso puedes imaginar como pasas la página de un libro y vas dejando atrás aquello que ya no necesitas en tu vida.
Cuando hayas pasado las páginas del libro que ya estaban escritas te vas a encontrar con una página en blanco. Y aquí es donde vas a escribir tu yo ideal, aquella persona en la que te quieres convertir habiendo soltado aquello que ya no quieres. Aquí no hay límites, la imaginación poderosa te puede ofrecer todo aquello que deseas, siempre focalizando tu bienestar.
Con este ejercicio estás creando nuevas conexiones neuronales para deshacer el hábito de leer siempre la misma página desagradable y crear un nuevo hábito más poderoso para ti.
Si durante el día a día vuelves a anclarte en aquello desagradable, repite la visualización pasando páginas hasta llegar a tu yo ideal. Una y otra vez, entrena tu mente a dirigirse a aquello que quieres y a generar aquello que necesitas para tu felicidad.
Y recuerda: “Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es PASAR.”
Javi Castillo Rubio
Reconoce tu valor, crea una realidad diferente.