El hábito sí hace al ser humano. Nuestras conductas, la manera en la que pensamos y cómo generamos y nos relacionamos con nuestras emociones también son hábitos.
En diversos procesos de PNL-Coaching me encuentro con la necesidad del cliente de generar hábitos para conseguir sus objetivos. Para tener un discurso mental más saludable, para gestionar el estrés, para alimentarse mejor, relacionarse más positivamente con su pareja, dejar de fumar, realizar actividad física, aumentar su autoestima…
Hasta aquí todo correcto. Sabemos que los seres humanos somos “animales de costumbres” y es por eso por lo que el entreno y la repetición de una determinada actitud hará que se integre en nosotrxs hasta realizarla de manera automática e incluso inconsciente.
Aunque la frase que más escucho en estos casos es: “Es que no tengo el hábito”. Y la pregunta que realizo a continuación es: Si no tienes el hábito que te acerca a tu objetivo, ¿Qué hábito sí estás teniendo que te aleja?
Y como seguramente os habréis dado cuenta con la pregunta que he realizado, sí, los seres humanos habitamos en nuestros diferentes hábitos. Nos hemos creados a través de automatismos, de materia inconsciente y subconsciente que nos guía en nuestros haceres. Es por eso por lo que, en ocasiones, nos resulta difícil cambiar nuestra actitud, las creencias con las que nos relacionamos o las emociones que sentimos. Porque hemos generado un mapa interno, lo hemos fortalecido y le hemos dado identidad.

Cambiar este mapa interno, que en muchas ocasiones no somos conscientes de haberlo creado necesita de nuestra perseverancia, empatía y resiliencia. Un camino que puede resultar arduo… a no ser… que generes el plan de acción que te ayude a crear el nuevo hábito más saludable para ti.
El plan de acción focalizado en las diferentes dimensiones: física, emocional, mental y energética. Funcionamos como un sistema, cualquier punto que queramos cambiar de nosotrxs moverá a los siguientes. Por eso para generar un hábito nuevo, más poderoso y saludable para ti, necesitas un abordaje integral. Tocar las teclas correctas de tu cuerpo físico, emocional, mental y energético, para que sea efectivo.
Por ejemplo, si tu hábito consiste en tener un discurso mental negativo, con pensamientos catastróficos, visualizándote perdedor o perdedora en las situaciones de tu día a día, sumidx en la crítica, la reactividad y el conflicto, poner la atención a esos pensamientos y dedicarle menos energía y atención te ayudará, pero no será suficiente. Tu cuerpo se ha acostumbrado a recibir las hormonas de ese estado personal, se ha generado el hábito, por lo tanto, neurológicamente, se generarán las mismas circunstancias para seguir de la misma manera. Durante un tiempo ha funcionado, ¿Por qué deberían cambiar ahora?
Si pones atención a tus pensamientos, ofreciendo menos atención y energía al discurso mental negativo, entrenas tu cuerpo físico, visualizas aquello que sería un éxito y te cuidas generando una energía positiva para ti, estás mucho más cerca de generar el nuevo hábito.
La clave es que estás ofreciéndote una alternativa que te genera más bienestar. Y tu cometido ha de estar focalizado en hacer entender a tu mapa interno que esta alternativa es mucho mejor para conseguir vuestros objetivos y vuestra felicidad.
¿Qué acciones puedes realizar en cada una de tus dimensiones humanas (física, emocional, mental y energética) que te acerquen a generar el hábito que deseas? Ponte en marcha, crea tu plan de acción y habita el hábito que te conecte con tu mejor versión.
Javi Castillo Rubio
Reconoce tu valor, crea una realidad diferente