En el movimiento de las situaciones cotidianas se genera un vaivén que nos alegra y nos estremece. Y en esa danza, el silencio, creador, nos sostiene y nos acoge. El mismo silencio que nos permite observar lo que está pasando y ser objeto pasante a la vez. Un silencio que abre la respiración, como un sereno que atesora todas las llaves de tus cuerpos. ¿Cómo respiras en el miedo? ¿Y en la tristeza? ¿Y en la alegría? ¿Y en el amor?
La respiración como clave secreta a nuestro silencio y tesoro interior que se ve reflejado en el día a día, resplandeciente para captar la belleza de la vida. Como gestores de información, en ese estado interno de curiosidad y exploración nos aventuramos en el vaivén, en lo alegre y estremecedor, para darnos cuenta de que, si así lo sentimos y así lo creemos en nuestra gestión, todo puede sumar en la misma dirección.
Identifícate con tu discurso mental y date cuenta. Reacciona y date cuenta. Siente el misterio y el sinsentido que alberga la vida, y date cuenta. Palpa tu dolor en el pobre de mí, sintiéndote víctima de las circunstancias y date cuenta. Date cuenta de tu respiración, del vaivén, de la necesidad de abrirte al silencio interior y aposentarte, como rey o reina, en tu habitación de oro cálido e indomable, que es tu corazón auténtico.
Respira al despertar, en el camino al trabajo, cuando comes, cuando juegas, cuando lees, cuando ves la TV, cuando vas a dormir… Respira observando el cómo.
Mente y aire vistos como un mismo elemento. Maestrxs del aire para jugar con nuestros estados y nuestra realidad.
Y al respirar, suelta los pesos, agradece, observa, siente que todo sucede dentro de ti, que el silencio no es estar callado si no hablarle a la vida y escucharla en sus respuestas. Relaciónate con la sabiduría que atesoras, incluso la persona menos cultivada se asombra y siente a qué sabe lo que sabe.
Hacer consciente lo inconsciente, observar lo autónomo de nuestro cuerpo, sentir como hace el organismo para que podamos sobrevivir y ser responsables de la calidad del vivir. Acompañar nuestros procesos, ser proactivos en la salud y en la mesura de nuestras capacidades físicas, mentales, emocionales y energéticas. Todas se expanden y se encogen en la relación contigo, con el otro y con la vida.
Verás que caminar es un sencillo vaivén, al igual que respirar, entrar y salir, reír y llorar… Y con este espectáculo la sabiduría, la belleza y el poder en el silencio hablante lo puedes hallar.
Javi Castillo Rubio