Estamos sumergidxs en un constante cambio. De manera orgánica y natural se van sucediendo diferentes estados y situaciones en nuestras vidas. Aunque para nosotrxs ciertos cambios sean complejos, no hay forma de permanecer sin ellos.
Y me resulta curioso que el cambio lo situemos, en muchas ocasiones, al otro extremo de la estabilidad. Si hay cambios no hay estabilidad, ¿o sí? ¿Depende de si el cambio es a nuestro favor o en contra?
Lo que parece seguro es que hay cambios que no dependen de nosotrxs, al menos de manera consciente. O eso parece a simple vista.
¿Qué pasaría si incides en el proceso del cambio y no tanto en el resultado? Porque sí, el cambio puede ser un clic, un momento de lucidez, pero la mayoría de las veces es un proceso, un engranaje que se va construyendo pieza a pieza hasta ver el resultado final, lo que nosotrxs verbalizamos como “He cambiado”.
Para poner la atención en el proceso del cambio, el primer paso es observar. ¿Dónde estás en este momento en cuanto a tu desarrollo personal? ¿Te sientes bien? ¿La tendencia de tus acciones, emociones y creencias se dirigen a tu objetivo? ¿Te gustaría tomar otra dirección?
Si la respuesta a estas preguntas es satisfactoria, estás haciendo todo lo que depende de ti para generar aquellos cambios que quieres. Que se hagan realidad o no, es otra cosa. Entonces, ¿De lo que NO depende de ti, hay algo que puedas cambiar? Y es aquí donde creo que reside la mayor clave del proceso del cambio.
El segundo paso es ser responsable. Con esto quiero decir, ser consciente de aquello que tú puedes hacer para conseguir generar un cambio y de lo que no. Seguramente, te des cuenta de que el cambio interno, lo que haces con lo que te sucede y lo que haces mientras caminas a tu objetivo, es lo que depende de ti en un % muy elevado. El resto, fantasías.
El tercer paso, generar un estado interno poderoso donde pongas en marcha todos tus recursos disponibles. Como el timonel hace con su barco ante la inmensidad de la mar. ¿Qué creencias y emociones estás navegando en este proceso del cambio? ¿Qué recursos necesitas para hacer el máximo posible hacia tu objetivo? Si te imaginas que ya has logrado el éxito, conquistando tu objetivo, ¿Qué hay de diferente entre tú yo del presente y tú yo del futuro? ¿Qué consejo te puedes dar? ¿Qué habilidad o capacidad necesitas activar ahora?
Y el cuarto paso, y definitivo. Crea tu plan de acción. Aquellos pasos que te ayuden a vivir mejor el proceso del cambio y que te acerquen al campo base de tu objetivo, preparadx para la ascensión final. Y en ese momento, cuando solamente toca esperar la recompensa del camino recorrido y disfrutar, activa tu flexibilidad, adaptabilidad, tolerancia a la frustración, resiliencia, coraje, fe, … Todo aquello que te facilite orientarte en lo que no depende de ti y, sí o sí, llevarte un aprendizaje más allá del resultado final.
Javi Castillo
“Reconoce tu valor, crea una realidad diferente”