Se habla de motivación, de fuerza de voluntad, de perseverancia, disciplina, constancia, planificación, … Y es cierto que estos conceptos, aplicados, son importantes para conseguir nuestros objetivos, para alcanzar nuestras metas.
Aunque me pregunto cuál es la energía que nutre a los anteriores. Cuál es el motivo para mantener esa motivación, para desheredar la pereza que reside en tu mente y dar los pasos necesarios. ¿Has sentido alguna vez desmotivación? ¿Y poca fuerza de voluntad? ¿Qué crees que lo ha causado? ¿Te has pensado que eres una persona con poca motivación o fuerza de voluntad? Lee atentamente porque tal vez te llevas una sorpresa.
En los años que llevo acompañando a diferentes personas con sus diferentes objetivos me he dado cuenta de que uno de los temas más recurrentes era la falta de motivación por no encontrarle sentido al momento vital o por no tener una dirección clara. En mis años de estudiante también lo veía en mis compañeros y compañeras. Algunas de aquellas personas pasaban de puntillas y a regañadientes porque no le encontraban sentido a lo que en ese momento estaban haciendo.
Y si habéis leído con atención, ya sabréis cuál es la respuesta a las preguntas: “¿Has sentido alguna vez desmotivación? ¿Y poca fuerza de voluntad? ¿Qué crees que lo ha causado? ¿Te has creído que eres una persona con poca motivación o fuerza de voluntad?”. ¿Ya la habéis visto? Exacto. Estoy seguro de que no eres una persona con poca motivación o fuerza de voluntad, estoy seguro de que necesitas encontrar un motivo, una dirección y/o un sentido para focalizar tu energía y conseguir el éxito en aquello que te propones.
A veces en tono socarrón mi pareja me dice “Tú eres el hombre en busca de sentido” y sí, lo admito. El sentido que le doy a mis vivencias, la dirección y el motivo son las claves que me impulsan. Más allá de si estoy más o menos motivado, o si mi disciplina o perseverancia se tambalean, el hecho de saber a dónde voy y para qué hacen que retome el rumbo de manera más rápida, eficiente y eficaz.
Seguro que ya lo has vivido, y mi tarea en este escrito es acompañarte a que lo puedas recordar. En qué momentos de tu vida, el sentido y la dirección, fueron la gasolina que alimentaba el motor de tus pasos para superar situaciones adversas, retos y resistencias.
Permítete pescar en el mar de tu mente alguno de esos recuerdos, y pon atención a cómo te sentías, cómo te veías y qué te decías. Recuerda cuál era tu actitud, cómo mirabas a la situación que tenías delante. Qué era importante para ti. Si tuvieras que elegir un valor o un estado emocional qué te guiaba en aquel momento, cuál eliges. Tal vez la satisfacción, el placer, la paz, la plenitud, el amor…
Si Javi, ¿Pero ahora es diferente porque no se a dónde quiero ir? Y mi pregunta ¿Sabes como te quieres sentir en un futuro creado por ti mismx?
Cuando profundizamos en lo esencial que un ser humano desea encontramos muchas respuestas. La dirección o el motivo tal vez no es algo físicamente material, un objetivo laboral, la adquisición de un nuevo inmueble, un nuevo vehículo, una pareja diferente… Si no cómo te quieres sentir tú con todo ello.
Y ese sentir conviértelo en tu motivo, guía y dirección. Porque más allá de la forma de tus objetivos, el fondo lo estás tocando con tus manos, tu mente y tu corazón.
Yo confieso que mi motivo, aquello por lo que me muevo, más allá de si estoy motivado, con ganas y energía, es encontrar el equilibrio, la paz y la felicidad.
Y el simple hecho de desear sentirme así me ayuda a conseguir retos, objetivos y sueños.
Javi Castillo Rubio