¿Cuánto controlas de tu vida? Si piensas en el día a día, la rutina, las situaciones que vives y las acciones que haces… ¿Cuántas has elegido desde la motivación, la pasión y el entusiasmo? Si tu respuesta es “pocas”, ¿Cuánto controlas de tu vida?
Por supuesto, no siempre conseguimos lo que deseamos, nuestros sueños, en ocasiones, no se hacen realidad. Y sí, tú puedes tener responsabilidad, pero hay muchos factores, conscientes e inconscientes, que acaban por decantar la balanza del sí y el no.
Cambio la pregunta, ¿Cómo te gustaría vivir tu vida? No creo que contestes desde la angustia, la ansiedad, el miedo y la tristeza. ¿O me equivoco? Nuestra elección va más relacionada con la felicidad, la paz, el amor, la diversión, la motivación… ¿A que sí?
Cuando te pregunto que cuánto controlas de tu vida, me refiero a esto. Que rato de tu día a día, vives en las emociones que quieres. Si te dijera que nada se puede crear y que todo sucede por azar, no sería fiel a mí mismo. Aunque es cierto que ciertas situaciones de nuestra vida aparecen, sin previo aviso, y tienes que bailar con ellas, aunque te estén pisando a cada momento y no tengan sentido del ritmo, también estoy seguro de que tenemos las herramientas para encontrar el halo de luz que te ayude a conectar con las emociones que quieres e incluso con tus valores.
Ahora hay una frase muy recurrida de Carles Porta, periodista. “Podrem posar llum a la foscor”, que quiere decir: Podremos poner luz a la oscuridad. Y cuando digo controlar, aunque ahora sea una palabra con mala reputación, me refiero a cuánto de ti inviertes para que esa luz sea posible.
En un momento desagradable, ¿Te dejas invadir por la emoción y te vas ahogando poco a poco hasta perder el aliento? Y lo haces porque sabes que es una necesidad personal o porque no sabes hacerlo de otra de manera. Todo proceso conlleva su tiempo y su espacio. Y tal vez, no puedes decidir cuanto tiempo y espacio necesitas, en un primer momento. Aunque si puedes controlar, elegir, el sentido que le das, y hasta cuando es bueno para ti o no. Una vez decidido, también puedes pensar si el camino lo recorrerás solx o acompañadx.
Para facilitar esa última decisión que he comentado te propongo un recurso. En esos momentos desagradables, de intensidad variada, visualiza un mando de control. Puede ser de una nave espacial, de un barco, de un coche… de lo que te aparezca en ese momento en tu imaginación. Observa que hay diferentes botones, con y sin luz, de colores, en blanco y negro… pero hay uno especial para ti, que te llama más la atención que todos los demás. Es el botón que activará tu dominio, tu control. Apriétalo y, sin soltarlo, date las indicaciones que necesites. Por ejemplo: “Tomo distancia de este pensamiento”, “Ahora pongo límite”, “Me cuido y me regalo un espacio de mimos” … Sé creativx con tus indicaciones. Cuando sueltes el botón, esos mensajes quedarán guardados en tu mente y te ayudarán a dar el siguiente paso.
Puedes repetir el recurso todas las veces que necesites, y, a modo de mantra, repite también las mismas frases.
Depende de cómo lo utilices, el control puede ser dominio o limitación.
Javi Castillo Rubio
Reconoce tu valor, crea una realidad diferente