Puede ser que en muchas ocasiones te hayas encontrado con obstáculos que no te han permitido conseguir aquello que anhelabas. Puede ser que hayas pensado que no estabas capacitadx para lograrlo o que la “Vida” era injusta porque no te ha permitido aquello por lo que tú sientes que tienes derecho.
No te voy a contar la historia de que todo es posible. Que una actitud diferente te va a ayudar a conseguir, justamente, eso que deseas. Porque no lo sé. Tal vez no depende únicamente de ti. O puede ser que sé dé o no sé dé por una casuística que no logramos comprender. Y esto también forma parte del misterio de nuestra existencia.
Lo que sí tengo claro es que hay una energía que proviene de nuestra manera de estar en la vida, de nuestras acciones, de las respuestas que damos ante las diferentes situaciones que irremediablemente nos acercan al lugar donde queremos estar, nos abre camino y nos da dirección. Y los actores o actrices principales en este papel son las creencias y las emociones que habitamos.
En mi caso, de bien pequeño decía que quería ser profesor de educación física. Todos mis pasos iban encaminados a lograr ese fin. Bachillerato, ciclo superior y grado. Aunque en el último curso de grado me di cuenta de que mi objetivo había cambiado. Quería acompañar a la gente a sentirse mejor y a desarrollar su potencial. Y esa decisión ¿Sabes quien me ayudó a tomarla? Más allá de la forma de mi sueño, el fondo. Como me relacioné con las creencias y emociones que me generaban, los obstáculos y resistencias personales que me encontré durante el camino. Podría decir que ser PNL-Coach y comunicador son su fruto.
Cuando te encuentras en una situación que no está alineada con la forma del objetivo que te habías imaginado, ¿Qué te dices a ti mismx? ¿Cuál es el discurso que suena en tu mente? ¿Qué pensamientos, pasados, presentes y futuros se repiten más? ¿Y a cuál de ellos les haces más caso?
Esa relación con tu mente y lo que sucede allí tiene un papel muy importante para ti. De la mano de cada pensamiento surgirá una emoción que puede limitarte o potenciarte. Y no es la emoción o el pensamiento en sí, sino la capacidad de absorber aquello que es bueno para ti y desechar lo que no te ayuda.
Si dejamos a un lado lo importante de tener objetivos y de darles forma, que lo es, surge lo esencial. Aquello que seguro te gustaría que estuviera en tu manera de estar, sea cual sea tu momento vital.
Dicho esto, te lanzo otra pregunta: En tu escala de prioridades ¿Cómo sitúas lo importante y lo esencial? Porque esta puede ser la clave de tu felicidad.
No significa que no seas perseverante en aquello que deseas, o que no planifiques los pasos concretos para conseguirlo o que no inviertas tu tiempo y energía en darle vida a un objetivo que te apasione, te motive y sientas como propósito.
Si no que adquieras la suficiente atención y flexibilidad para hacerte saber cuál es el siguiente paso en tu camino. Que observes tus pensamientos y emociones, y decidas que quieres hacer con toda la información que te están aportando. Que sientas que eres el o la protagonista y que más allá de la forma que ahora le estés dando a tu obra, te sostiene el fondo. Allí donde cultivas tu relación con lo que te va sucediendo.
Y puede, como me paso a mí, que te des cuenta, cuando sea el momento, de que siempre te has dirigido en la misma dirección. La que te acercaba a tu sueño.
Yo quería ser profesor de educación física porque admiraba al docente que me daba dichas clases en la escuela. Y ahora me doy cuenta de que admiraba sus discursos sobre el valor de ser una persona coherente e integra, sobre los recursos personales y las habilidades que te ayudaban a superarte, a lograr lo que te propones, y sobre todo a poder ir en paz en nuestra vida.
Cuando acompaño y comunico, estoy cumpliendo mi propósito.
Y tú, ¿De qué forma y con que fondo lo estás cumpliendo?
Javi Castillo
Reconoce tu valor, crea una realidad diferente.