Es inevitable, incluso necesario, poder tener presente de donde venimos. Cuáles son nuestras experiencias pasadas y el rastro emocional y mental que se desprende a medida que avanzamos. Forma parte de nuestra historia, de lo que hemos vivido y del material con el cual nos estamos construyendo. Como la materia prima antes de pintar un bello cuadro.
Si cuando miramos hacia el pasado, las situaciones que visualizamos son agradables el impulso para seguir en la misma dirección es grande. Nos regocijamos y agradecemos haber tenido la capacidad de alinearnos con nuestros valores y haber sido impecables en nuestras elecciones y acciones. Aunque ¿Qué pasa si al mirar atrás lo que vemos es desagradable? ¿Qué pasa cuando hay un juez interno que te declara culpable de aquellos pasos que diste? ¿Cómo influye esa energía en ti ahora?
Primero me gustaría compartir que aquello que recuerdas, las palabras que dijiste, dónde estabas, cómo se sucedió la escena, el entorno que envolvía la situación… es posible que sea una construcción mental y que sea menos fiel de lo que piensas a la realidad de aquel momento. Nuestra mente cuando utiliza la memoria se asemeja al artista más creativx del mundo. Recoge los retales de tus emociones y algunos inputs de aquel momento y construye lo que tú llamas recuerdo y que defiendes a capa y espada porque estás segurx que aquello sucedió tal y como lo describes.
Y ahora, es posible que al escuchar esta breve explicación intentes comprobar que estoy equivocado en lo que digo. Que no lo digo yo, sino la neurociencia. Pero, de acuerdo. A mí también me pasó la primera vez que lo leí.
Imagínate que la idea de la memoria es cierta, y tienes la capacidad de volver a relatarte la misma situación con palabras más benevolentes, que tienes la capacidad de generar nuevas conexiones neuronales para sentirte mejor cuando pienses en aquellos momentos desagradables. Que puedes a través de los sentidos cambiar los inputs para que la historia que revives pueda ser impulsora de tu bienestar.
Es muy importante el relato que nos hacemos de aquel pasado del cual nos sentimos avergonzadxs o culpables. Que los calificativos hacia nosotrxs son más descalificativos. Pero no es lo único. El hecho de poder representar neurológicamente diferente la situación también hace que los frutos que puedas recoger sean más ricos. Porque no olvides que, si con tu experiencia de ahora pudieras revivir tu pasado desagradable, actuarias diferente. Aunque esta es la trampa más común. Porque si no hubiera pasado aquello, tampoco hubieras tenido la experiencia de ahora.
Bueno, vamos allá. Te invito a que recuerdes aquel momento desagradable que todavía tiene en ti una impronta limitante. Date permiso para que venga la situación y presta atención a qué veías delante de ti, cuál era la panorámica, también qué escuchabas, ya sean voces de fuera o los propios pensamientos, qué te decías. Pon atención a qué sensaciones tenías en tu cuerpo, qué emociones, cuál era la temperatura, la luz, los colores que te envolvían… Y ahora, vamos a jugar. Te pido que vayas modificando la representación mental que has creado cuando recuerdas aquella situación.
Por ejemplo, ¿Qué pasa si a las voces que escuchabas de fuera o propias, les bajas o les subes el volumen?, ¿Y si subes o bajas la temperatura o haces que los colores sean más vivos? ¿Y si le aumentas o disminuyes la luz? ¿Y si acercas o alejas la imagen como si fueras un espectador y le dieras más o menos Zoom? ¿Cambia algo en ti con estas modificaciones?
Puedes poner atención a la emoción que sientes, a tu respiración, a las sensaciones corporales que te van apareciendo ahora… ¿Son diferentes cuando cambias la representación de tu situación pasada? Si lo has conseguido, te invito a que te digas a ti mismo alguna frase que te ayude a anclar ese cambio en ti. Te puedes ayudar poniendo la mano en tu corazón mientras la dices.
Si el resultado es diferente al que te gustaría, sigue entrenando. O busca un recurso diferente.
Son infinitos nuestros recursos y la plasticidad que tenemos para poder generar cambios y crear como los mejores artistas realidades diferentes. Las situaciones ya pasadas tuvieron su resultado y ese no cambiará. Pero si puede cambiar el efecto que tiene en ti.
¿Te impulsan o te limitan? Juégalo.
Javi Castillo Rubio
