¿Nos preguntamos: quién somos? ¿Qué somos? ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo? ¿Qué hemos venido a hacer? ¿Cuál es nuestro potencial?…
Y, tal vez, no siempre encontramos respuestas a estas cuestiones. Tengo la percepción que la respuesta reside en la pregunta, en la cuestión sin respuesta, en el enigma. La vida es un misterio sin resolver. Lo que tengo claro es que somos oportunidad, una puerta abierta a millones de posibilidades. Cada una de nuestras preguntas y acciones nos llevan a experimentar diferentes realidades. Cada paso y dirección que tomamos resuelve una incógnita distinta a las demás. ¿Y si nuestro valor cómo seres humanos es ese? ¿Si tenemos un poder tan amplio, flexible y creativo que depende de nosotros todo lo que acontece a nuestro alrededor? ¿Y si nuestra actitud define nuestras experiencias?
Desde hace años, miro los ojos de la gente, como si de una obsesión se tratase, tengo la curiosidad de ver qué desprende la mirada, la luz y el reflejo, de las personas que se cruzan en mi camino. Esa chispa me entusiasma y me acaricia el corazón. Y al verla siento que todos y todas somos capaces de generar los cambios que necesitamos. Esa acción que transforma lo superfluo, y que reorganiza y conecta nuestra profundidad con la superficie.
Sumergirnos en esa profundidad, en el autoconocimiento, nos descubre nuestra versión original, nos muestra cuál es nuestra naturaleza. Como decía Sir Ken Robinson, descubre tu elemento, aquello que te sale de manera natural, te gusta y aporta valor. Te alineará, y ayudará a potenciar tu desarrollo humano y por ende la sociedad y el mundo. Es cierto que no siempre podemos dedicarnos 100% a aquello que nos apasiona, pero solo con que le demos un espacio en nuestra vida, puede transformar todo lo demás.
Siento la gran importancia que tenemos como seres humanos y me pregunto si realmente somos conscientes de ello. Cada acción, cada pensamiento, cada emoción está creando nuestra obra. Y te pregunto: ¿cómo quieres que sea tu vida? ¿Qué guion estás escribiendo? ¿Cuál es el objetivo que se dibuja en tu horizonte? ¿Qué acción está cambiando y transformando tu realidad?
Podemos elegir nuestra actitud y de qué pensamientos y emociones nutrimos nuestras acciones, más allá de la experiencia que estemos viviendo.
Os imagináis que nos damos permiso para desarrollar nuestro potencial, descubrir nuestra versión original y permitir que la sabiduría, el poder y la belleza broten de nuestro interior y se refleje en el mundo. Yo, sí.
Javi Castillo Rubio